Capítulo 34 Besar a otras
No podía darme por vencida y por ello, solo cuando no sentí el líquido en su boca, fue que me alejé de sus labios para respirar ese aire que ya se me había agotado. Había cometido una locura que podría costarme la vida si era descubierta, pero, necesitaba saber cosas que solo él podría decirme ebrio.
— ¿Debería llamar a esto el beso suicida? — pregunta Helmut y yo lo golpeo en el pecho.
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