—¡El señor Hugo fue quien nos recogió! —Silvia señaló en dirección al hombre que estaba detrás de ellas.
En el momento en que Natalia levantó la cabeza, divisó a Hugo. Tenía los ojos pegados a su mejilla hinchada. Su expresión se ensombreció porque era evidente que alguien la había abofeteado en la cara.
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