Capítulo 675 Prometo
Abajo, Silvia se levantó del abrazo de la señora Vidal. Sus dos ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar. Eso le dio una punzada a la señora, así que levantó su enclenque rostro y le sopló un poco de aire a los ojos. Silvia sollozaba mientras preguntaba:
—Señora Vidal, mamá estará bien, ¿verdad?
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