Capítulo 815 La verdad al descubierto
—Por favor, acérquese, señor Cajal. Grabe todo mientras examino su cuerpo. Si no desea ver nada, puede cerrar los ojos —pidió Joana mientras le quitaba la braga a Jaquelina.
Salvio se quedó boquiabierto, con el labio crispado de forma incontrolada. Aunque pensaba que el método de Joana era un poco extremo, ni siquiera él podía negar que era el más eficaz.
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