Capítulo 41 Las hebras de cabello
Sin embargo, quedaba una cosa extraña. Hugo se dio cuenta de que el apartamento estaba habitado sólo por Natales y los niños, pues no había señales de que ningún hombre viviera allí.
—¿Su marido no vive aquí? —Antes de que pudiera detenerse, pronunció la única pregunta que atormentaba su corazón.
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