Alim abrió la boca al notar con quien había chocado, precisamente con la loba que lo agarró de la parte de atrás del cuello de su ropa para no dejarlo ir.
-Quietecito cachorro- Priscila le mostró una sonrisa en lo que se giraba hacia él- Tú y yo tenemos que hablar algunas cosas ¿está bien?- la forma en que la loba lo miró hizo que el chico asintiera con la cabeza.
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