Capítulo 8 No vivirá más
Nebraska transformó su cuerpo rápido agarrando a su hija por los hombros. Y lo que temió se volvió realidad. Los ojos de su hija estaban totalmente ausentes de iris tan iguales, y a la vez tan diferentes de los de ella. Eso la estremeció. No podía ser. Su cachorra era muy cachorra. Cómo era posible que despertara un poder que a ella misma le había costado manifestársele más de 50 años y siendo una omega pura.
Priscila no era omega, tampoco era alfa, su cuerpo no había heredado ninguno de los genes de Hades o de ella, sino fuera por la sangre de los alfas ella sería una loba común y corriente entonces no había razón para que pudiera manifestarse de aquella forma sus habilidades con la mente.
-Ma- una sonrisa cálida cruzó el rostro de Priscila- Defendí a mi hermano del lobo malo- sus ojos se fueron ensombreciendo y sus párpados comenzaron a pesar- Fui buena...así que...elógiame-
Hades se movió rápido y agarró el cuerpo de su hija que quedó en los brazos de su madre. Ambos magnates se miraron preocupados, aquello no era ni remotamente fácil como se imaginaban. Hades cargó a su hija que parecía que simplemente dormía. Sus mejillas se habían vuelto rosadas y su respiración constante. Como si nada de lo que hubiera ocurrido la perturbara.
-Ve a atender a Alan, yo me encargo de ella- el lobo comprendía que ella estaba preocupada también por su hijo a pesar de que ya lo estaban revisando.
Nebraska asintió y dejó un beso en la cabeza de su hija y corrió hacia donde Leoxi ya vendaba la herida del brazo de Alan. Noa estaba al lado de ellos y en cuento su madre se arrodilló la abrazó temblando. Hades por su parte, después de respirar al notar que su hijo adoptivo no estaba seriamente herido, se quedó mirando el rostro de su hija y después al lobo en el suelo. Era la primera vez desde que tenía memoria que un lobo tan joven mataba a un lobo adulto o simplemente mataba algo.
Adoraba a su hija pero en su interior se preguntaba que era realmente ella. Besó su frente. Lo que fuera él estaría allí para apoyarla pues el camino no prometía ser fácil. Y no tenía ni idea.
***
Hades se apretó el puente de su nariz, a su alrededor estaban Siran, Leoxi y Nebraska a su lado. Sus rostros estaban sumamente sombríos.
-Nadie puede saber lo que ocurrió hoy- dijo con un tono que no admitió réplica- Necesitamos tiempo para saber que está pasando-
Sus hombros se sentían sumamente pesados, tanto que era una carga difícil de llevar. La preocupación era algo que lo atormentaba.
-No se preocupe alfa- Siran asintió con la cabeza- Mis labios son una tumba- y él sabía que eso incluía a Sara, su esposa no debía saber nada del tema.
Leoxi también estuvo de acuerdo aunque no dijo nada.
-Ella- la voz de Nebraska era grave- Tiene un poder igual al mío-
Los tres lobos la miraron.
-¿A qué se refiere reina?-
Nebraska alzó la cabeza.
-Como saben yo soy omega, tengo facilidad para poder doblegar la mente de los demás lobos y poder controlarlos hasta físicamente, es un poder principalmente para defendernos, nunca he matado utilizándolo, ni se debe, pero...- apretó los labios con frustración- Priscila no es omega como yo, pero heredó la capacidad de poder hacer lo mismo, lo que me preocupa es que tal vez sea más fuerte que yo-
Un silencio invadió la habitación. Todos habían visto como ella había matado al lobo con solo movimiento de las manos.
-¿Reina, qué tan fuerte puede ser Pris?- Leoxi apretó las manos en su regazo.
-Lo suficiente como para preocuparme- respondió sinceramente- Ella es muy joven y ya despertó su capacidad al punto de matar, a mí me tomó muchos años y para dominarla unos cuantos más, además- respiró profundo- para matar de esa forma se necesita mucha fuerza para destrozar los huesos a conveniencia. Ni siquiera yo puedo hacerlo con mi edad-
Hasta Hades pareció impresionado con aquello.
-Hades, puedo pedirte un favor- Nebraska lo miró seria- Déjame entrenar a Priscila, ella es muy cachorra pero ella no es como los otros lobos, necesitará dirección- tomó su mano, la de ella estaba helada- Es una chica inteligente, sé que será fácil que ella aprenda-
-Realmente es un trabajo que puedes hacer solamente tú- el lobo sonrió para calmarla- Haz lo que quieras-
Nebraska pareció un poco más calmada a pesar de la presión. Minutos después Siran y Leoxi salieron dejándolos a ellos dos solos. Hades no pudo evitar soltar un suspiro y echar la cabeza hacia atrás cerrando sus ojos. Sintió a mano de su esposa sobre su hombro con un toque vacilante. Abrió los ojos y encontró el rostro de ella cargado de frustración y culpa.
-Lo siento- las palabras salieron de su boca- Tú siempre quisiste un cachorro propio. No pensé que Pris pasaría por esto-
Hades no le gustaba el tono de ella. SU reina siempre estaba firme ante todo, no se doblegaba, pero ahora, delante de él parecía más pequeña y afligida. El alfa la tomó de la mano y la sentó en su regazo. Sus brazos de ella se enroscaron en su cuello y enterró el rostro en el cuello aspirando su olor.
-Tranquila mi hermosa loba, hemos superado muchas dificultades. No te culpes por nada, tú hiciste lo necesario cuando era el momento. Estoy feliz de tener a Priscila a pesar de todos los dolores de cabeza que me puede dar, es la lobita más linda del mundo- Separó a Nebraska de él y tomó sus mejillas entre sus manos- No me arrepiento de tenerlos, a ninguno, así que cambia esa cara y dame un beso- le sonrió.
Nebraska mantuvo su mirada, mortalmente seria por unos segundos. Acto seguid dejó caer sus labios contra su esposo. Si, él era diferente a todo lo que ella suponía que era una relación. Rudoc había marcado su vida de una manera muy dura. Hades la había sacado de aquel agujero negro y le había enseñado lo que era ser querido y nunca le reprochaba nada. Absolutamente nada.
Horas más tarde hades se encontró solo en su oficina recostado en el sofá. Había dejado de Nebraska se fuera a atender a sus hijos, sobre todo a Alan, era bueno que solo había recibido un rasguño. César ya se había encargado de curarlo y estaría recuperado en poco tiempo. Era un lobo cargado de fuerza y energía por lo que de seguro tendría que amarrarlo a la cama para que se mantuviera quieto.
La puerta fue tocada y la persona que estaba en su mente apareció.
-Alfa, quisiera hablar con usted- César entró cerrando la puerta con pestillo para no ser interrumpidos.
El lobo se acomodó y dejó que el doctor se sentara delante de él.
-¿Qué ocurre? ¿Pasó algo con Alan?- le agradeció con un movimiento de la cabeza cuando el lobo mayor le dio una pequeña botella con una de sus bebidas energizante, la necesitaba.
-Pues a él ya le puse un tranquilizante, lo dejé protestando en su cama ya que paralicé la mitad de su cuerpo, así evitaremos que se lastime más, pero no, no vengo por ello- alzo la mirada y hades supo a qué se refería- Mi alfa, disculpe que lo diga pero su hija no es normal-
Hades se corrió el cabello hacia atrás.
-Dime algo que no sepa-
Los labios de César se apretaron.
-Tengo los resultados de m investigación sobre Priscila, por favor, tómelo con calma-
-Cualquiera que te oiga diría que no es nada positivo- la ansiedad invadió su cuerpo.
César le entregó un sobre y esperó a que el alfa lo abriera. Hades sentía sus palmas sudadas, aun así revisó los papeles aunque no entendía mucho, o no quería entender.
-habla en nuestro idioma, no entiendo esto- tiró los papeles sobre en la plaza de al lado del sofá.
-Hades, seré breve, el metabolismo de Priscila es cinco veces más rápido que un lobo normal- los ojos de su alfa se abrieron- Sabe lo que eso significa. Habíamos notado que su crecimiento físico era más fluido que los cachorros de su edad pero para ser sinceros, el cuerpo de Priscila no tiene ni los 10 años que tiene, ni los 15 que aparenta, actualmente ella está casi a punto de cumplir su mayoría de edad. Estamos hablando que ella realmente tiene más de 45 años, al menos genéticamente-
Hades no podía hablar. Solo pestañeaba procesando la información.
-Lo que más me preocupa es- César bajó la cabeza- le costaba decir lo próximo- que con la rapidez que su cuerpo crece sus tejidos no tendrá la facilidad de regenerarse tan fácil como lo hace un lobo en crecimiento normal-
-¿Qué quieres decir César? Habla claro- Hades le gruñó.
-Que es posible que Priscila... no pueda vivir más de 100 años-
La noticia fue un balde de agua fría para el lobo.
Afuera de la oficina Priscila dejó caer la espalda en la puerta. Había oído todo, solo pudo sonreí levemente, una sonrisa que no contenía ni una pizca de alegría.