Nicolás se dejó caer en el sofá de su cuarto totalmente agotado y se dejó abierta la camisa de la simple ropa que se había puesto después de llegar. El viaje había sido largo de regreso y ni siquiera le había notificado a Hades que estaba de regreso. Solo quería dormir cerrando sus ojos. Estaba tan aturdido que no sintió la presencia que se puso detrás de él y le abrazó por detrás el cuello. Un olor a lirio irreal llenó sus fosas nasales.
-Acaso no vas a saludar a tu hermana-
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