Layan estaba en su estudio revisando algunas cosas antes de salir a correr cuando escuchó el sonido de los vidrios de una ventana romperse en miles de pedazos. La puerta se abrió de golpe. Kei entró corriendo con un rostro conmocionado totalmente contrario al suyo ausente de emociones. Eso no pronosticaba nada bueno.
-¿Qué ocurre?-
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