Capítulo 48 La cicatriz
Regresaron a casa, ya comenzaba a oscurecerse, el sonido armónico que hacían los árboles con el viento era impresionante. Dejaron sus cosas y Regina fue directo a la cocina para preparar los alimentos prometidos.
—Ustedes pónganse cómodas, yo les subo la cena —dijo Regina con una sonrisa tenue en sus labios. No podía evitar estar preocupada por su hija, pero prefería cuidar de ella lo más posible y el hecho de que viera al Doctor Salinas la hizo sentirse tranquila.
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