Capítulo 331 Un asunto inesperado

Marco observó cómo la reunión en la sala de juntas llegaba a su fin. Las personas comenzaron a levantarse de sus asientos, intercambiando miradas y algunas palabras en voz baja. Desde su posición, pudo notar la expresión seria de su madre, Constanza, quien evitó sostenerle la mirada por mucho tiempo. También vio a Julieta, quien, aunque pareció reconocerlo, no mostró ninguna emoción evidente. Algo estaba sucediendo y él debía averiguarlo cuanto antes. Sin perder tiempo, Marco se dirigió con paso firme hacia la oficina de su padre, el lugar que ahora estaba ocupado por su madre. Golpeó suave la puerta antes de entrar y, al hacerlo, encontró a Constanza sentada en el escritorio, revisando algunos documentos con el ceño fruncido. Apenas levantó la vista cuando él cruzó el umbral.