Capítulo 297 Una pequeña siesta

Daniela se acomodó en su asiento, terminando los últimos sorbos de su jugo mientras Marco la miraba con una sonrisa. Su atención, sin embargo, se desvió hacia Danna, quien seguía en una conversación animada con el chico que se había sentado a su lado. —Mira eso —susurró Daniela con diversión—. No han dejado de hablar en todo el viaje.