Capítulo 237 La media noche

La casa estaba en silencio, a excepción del suave murmullo del viento que se colaba a través de la ventana abierta, trayendo consigo el aire fresco de la noche. Daniela caminó lento hacia su habitación, aún con la mente llena de las conversaciones de ese día. Cuando abrió la puerta, vio que Marco ya estaba allí, recostado en la cama, con la luz tenue de la lámpara de noche iluminando apenas el cuarto. Él la miró desde donde estaba, y aunque su rostro reflejaba una expresión de tranquilidad, Daniela pudo ver en sus ojos que había estado esperando su llegada. Al entrar, él se incorporó y sonrió, una sonrisa que se sentía cálida y reconfortante, pero con un toque de melancolía. Era como si el fin de semana, tan lleno de momentos especiales, se hubiera ido tan rápido como llegó.