Capítulo 408 Aún no estoy lista
Frente a los ojos puros y expectantes de Dora, Sierra no pudo responder.
Quería asentir, pero la realidad le recordó que no debía dejarse llevar por el impulso. Su voz sonó un poco ronca cuando dijo: “Dora, no sé si podré verte todos los días. Haré lo posible. Tal vez podamos seguir haciendo videollamadas, como antes.”
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