Capítulo 80 Todo un encanto
Era un mensaje de César. Los labios de Enrique se afinaron en una línea mientras desbloqueaba el teléfono y pulsaba el mensaje. No era nada importante: César le había enviado un artículo sobre la prevención de la gripe, acompañado de un recordatorio para que cuidara su salud en medio de la propagación de la enfermedad.
Era un inocente mensaje de un médico, pero Enrique no pudo digerirlo. Su buen humor se agrió al instante. Conocía demasiado bien a César. Aquel hombre no era de los que mostraban preocupación ociosamente, y Enrique era demasiado consciente de sus segundas intenciones. Los sentimientos de César por Susana no eran exactamente un misterio para él.
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