Capítulo 37 ¿No te he satisfecho?
Una vez pronunciadas las palabras, Susana vio cómo el atractivo rostro de Enrique se ensombrecía, su expresión se tornaba sombría, el cambio casi visible a simple vista.
«Después de todo, ningún hombre podría soportar una provocación así, especialmente viniendo de su propia esposa», pensó ella.
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