Capítulo 55 ¿Era realmente tan tacaña?
Susana no estaba preparada para la repentina avalancha de preguntas, que la hizo ahogarse con su propia saliva. Tosió sin control y su rostro se sonrosó de vergüenza.
—Susana, ¿estás bien? —preguntó César, entregándole rápidamente unos pañuelos.
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