Capítulo 150 Te quiero muerto
Hena cayó al suelo con fuerza, soltando un grito de agonía. Los empleados temblaban de miedo. Lo único que podían hacer era contemplar impotentes cómo Hena se desplomaba en un charco de sangre.
—¿Han oído eso? Es música para los oídos, ¿verdad? —Zamir se echó a reír, sus ojos brillaban con un cruel deleite.
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