Capítulo 120 La familia Heredia
Tras regresar a su mansión, Jonathan volvió a coger la perla de esmeralda de sangre. La sostuvo en la palma de la mano, palpando cuidadosamente su textura. Desgraciadamente, seguía con las manos vacías.
«Quizás debería tragarme la perla para ver qué pasa», pensó Jonathan sintiendo un impulso repentino. Sin embargo, al final, no lo hizo. Aunque su constitución era diferente a la de la gente corriente, no sabía si ingerir esa cosa podría hacerle caer muerto de repente.
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