Capítulo 428 - La marca de un príncipe

Gabriel se ríe, suave y bonito, y toma mi muñeca en su cálida mano, trazando sus dedos amorosamente sobre mi piel. Un escalofrío me recorre y chispas encantadoras florecen en el aire a nuestro alrededor, haciéndonos sonreír. -Es mucho pedirle a un Rey-, murmura Gabriel, mirando hacia abajo la suave carne de mi brazo interno. -Sin nada que ofrecer a cambio.