Anna giró la cabeza y miró al chico sonriente. A pesar de su rostro inocente, un escalofrío recorrió su espalda. Se preguntaba si era uno de ellos. El chico puso su mano en su hombro:
—No tengas miedo. No soy un malo.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread