Capítulo 139 Chloe, mi Chloe

Al día siguiente, no se levantó hasta pasado el mediodía, con la cabeza martilleándole por las secuelas del capricho de la noche anterior. Tres copas de vino tinto y estaba, noqueada. No pudo evitar reírse de mí misma. Hubo un tiempo en que podía soportar mucho más, tres copas de vino blanco ni siquiera la hacían pestañear. Un ligero dolor de estómago, tal vez, pero no una resaca como esa. «¿Qué demonios pasó anoche?».