Capítulo 507 ¡Escapa!

A la mañana siguiente, me despertó el penetrante sonido de un helicóptero. Sergio ya no estaba en la habitación. Me deshice de la manta y salí de la cama, viendo a la pareja no muy lejos de allí subiendo al helicóptero y marchándose. Esta isla tenía las señales bloqueadas, así que no había ruta al mundo exterior. La mayoría de los días, aparte de él, no veía a nadie más. Intentar pedir ayuda bajo su atenta mirada era casi imposible. Mientras veía cómo mi barriga crecía día a día, no podía evitar preguntarme lo ansioso que debía de estar Carter ahí fuera. Hacia las últimas etapas, las noches se convirtieron en un tormento para mí. A medida que los bebés crecían, presionaban contra mis órganos, provocándome frecuentes reflujos ácidos que me quemaban de forma dolorosa el esófago.