Capítulo 697 Mi culpa
Se obligó a soltar grandes y gordas lágrimas. Supuso que si lloraba lo suficiente, Hugo la consolaría. Sin embargo, los labios del hombre se fruncieron mientras se mantenía firme. No parecía dispuesto a tranquilizarla en absoluto. En su lugar, su voz grave gruñó:
—Efectivamente. Tú tienes la culpa.
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