Capítulo 1283 Compartir su dolor
En ese momento, no se atrevió a declarar su amor por Hugo. De hecho, ni siquiera tuvo el valor de odiarlo, pues una sensación de terror era la única emoción que le quedaba. Verle ordenar que le rompieran las piernas fue una visión que nunca pudo borrar de su memoria.
—Sí, Hugo está aquí. Sin embargo, está esperando fuera de la habitación. —Jacinto no ocultó el hecho de que Hugo estaba presente.
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