Capítulo 312 No moriré si no los tomo
Poco a poco comenzó a amanecer. Se escuchó que llamaban a la puerta y, en cuanto la abrieron, un médico vestido con una bata blanca entró deprisa. Al igual que los días anteriores, iba a revisar a Huo Lichen y a controlar sus heridas; sin embargo, cuando miró hacia la cama, se sorprendió al ver que había dos personas en ella. El paciente en cuestión ya estaba despierto y medio sentado en la cama, no obstante, había otra persona recostada sobre sus brazos con la mitad de la cabeza al descubierto; su largo cabello revelaba que era una mujer.
—Es... —pronunció atónito el médico.
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