Capítulo 9 Separados a un beso de distancia
Con la espalda apoyada sobre la pared, Yan Wan se sintió presa de la ansiedad mientras miraba fijo al gran hombre que tenía delante.
—Intenté esperarte, pero estuviste fuera demasiado tiempo, así que me marché —explicó con voz temblorosa.
«¿Demasiado tiempo?» La chispa de sus ojos se apagó al repasar la escena en su mente. Apenas había estado fuera media hora antes de regresar a la habitación, y ella ya no se encontraba allí. Parecía que su concepto de demasiado tiempo era incluso menos de diez minutos.
En lugar de dejar al descubierto su mentira, agachó la cabeza y recorrió con la mirada su falda a media pierna. El material era bastante fino, lo que hacía que fuera ideal para rozarla y sentir bien su piel.
—Sigamos desde donde nos quedamos anoche.
Con una mano apoyada en la pared, Huo Lichen casi devoró con la mirada a la menuda Yan Wan con su imponente figura. El aroma varonil de él la envolvía por completo, y hacía que cada centímetro de su cuerpo se pusiera cada vez más tenso, como si le hubiera lanzado algún hechizo invisible. Las escenas de la noche anterior seguían revoloteando en su cabeza.
«¿Besarse en la oficina? ¿Es una broma?» Además, lo único que existía entre ellos era una relación laboral. Ella jamás aceptaría.
—Estamos en la oficina. Ten cuidado.
Temblando de pies a cabeza, Yan Wan empujó su brazo y se apartó. Había dirigido sus pasos hacia la puerta, no hacia la dirección contraria. Sin embargo, solo estaban el escritorio y la pared a sus espaldas.
A Huo Lichen se le estaba agotando la paciencia cuando perdió el control sobre ella.
—Haz lo que te digo, mujer.
—Estoy en mi derecho de negarme a cooperar con usted, señor Huo, ya que nuestra relación no es más que una relación laboral. Si insiste en seguir con esas demandas tan poco razonables, renunciaré a mi puesto.
La actitud de Yan Wan era firme y decidida, mientras clavaba la miraba en Huo Lichen en total alerta.
Huo Lichen frunció el ceño consternado. «¿Por qué se rehúsa cuando es algo tan sencillo?» No le habría importado en absoluto si se tratara de cualquier otra mujer, pero Yan Wan podía ser la mujer que conoció aquella noche y no quería atemorizarla. Cedió tras un breve momento de silencio.
—Hablemos de trabajo entonces.
Yan Wan por fin pudo suspirar en señal de alivio. Aun así, se alejó de él todo lo que pudo. «Jamás habría participado en el concurso si hubiera sabido que el director ejecutivo era Huo Lichen. Sin embargo, era una oportunidad demasiado buena para desaprovecharla ahora que había sido elegida. Era la oportunidad perfecta para ganar experiencia y dejar de ser una novata». Tardó tres segundos para reflexionar antes de comenzar a hablar con un tono profesional:
—Seré la diseñadora de esta colección, señor Huo. Por favor, no dude en expresar sus preferencias.
—Haré que Wei Qi le envíe mi estilo y mis preferencias. —Huo Lichen sonaba despreocupado, como si apenas le interesara.
El concurso de diseño del director ejecutivo fue una ocurrencia de su predecesor. Huo Lichen no lo había cancelado ya que le serviría para averiguar sobre Yan Wan.
—Claro, entonces permítame volver al trabajo si no hay nada más por hacer.
Yan Wan estaba deseando salir de la habitación. Se mostraba inquieta al estar ante la presencia de aquel hombre, al tener en cuenta lo sucedido la noche anterior.
Al ver que estaba a punto de marcharse, Huo Lichen entrecerró los ojos y la retuvo.
—¿No necesita tomar mis medidas, señorita Yan?
—Supongo que Wei Qi las tendrá.
Huo Lichen frunció los labios.
—Espero que la ropa me quede a la perfección sin un centímetro fuera de lugar.
Mientras que él aparentaba mostrar un aspecto de total naturalidad, Yan Wan maldecía por dentro, «¡Menudo imbécil irritante!». Sin embargo, no se atrevió a contrariarlo, así que se dirigió hacia él con su cinta métrica. Era algo que había hecho en innumerables ocasiones como diseñadora para tomar las medidas de una persona, pero, la presencia de Huo Lichen hacía que pareciera una novata por sus manos temblorosas.
A medida que se acercaba, el aura de él la dominaba y hacía que su corazón latiera con más fuerza. Cuando terminó de medirle la espalda, se volvió hacia él mientras se esforzaba en pronunciar alguna palabra:
—¿Puede alzar los brazos para que le mida la cintura?
Huo Lichen levantó un poco los hombros mientras se mantenía erguido. Su rostro atractivo no reflejaba mucha emoción, como si apenas le preocupara. Al ver la mirada distante que se reflejaba en su rostro, Yan Wan se sintió más relajada.
Mientras le iba tomando las medidas, ella se decía a sí misma que debía tratarlo igual que al resto de las personas. Con la cinta en sus manos, la pasó por su cintura con una mano y la retiró con la otra. A pesar de no tocarse, su cuerpo estaba a escasos centímetros del de él, lo que le provocó mariposas en el estómago. Intentó apartar esos tontos pensamientos y estaba a punto de retirarse cuando, de repente, Huo Lichen dio un brusco paso hacia delante. Como resultado, ambos cuerpos chocaron.
La espalda de Yan Wan casi tocaba el suelo cuando cayó hacia atrás sin poder evitarlo, hasta que un brazo musculoso se estiró en sentido horizontal para sostenerla. El rostro atractivo de Huo Lichen estaba cerca del suyo. Su aliento cálido inundó su rostro y su mirada se volvió más oscura y tenue. La distancia entre sus labios era tentadora, estaban separados a un beso de distancia.