Capítulo 33 El deber de una prometida
Huo Lichen por poco apretó su cuerpo contra el de ella, y la energía masculina que emitía le puso a Yan Wan la piel de gallina. Justo antes de que pudiera dar un paso atrás, Huo Lichen la agarró. Extendió su brazo varonil y la abrazó. Estaban tan cerca que podían sentir los latidos del corazón del otro. Yan Wan se asustó y se sonrojó. Al instante, trató de apartarlo.
—¿Qué estás haciendo? Responde. —Huo Lichen no estaba dispuesto a dejar pasar su pregunta. Puso su rostro tan cerca del de ella que casi podía sentir sus labios finos tocando su piel.
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