Capítulo 6 Antes que nada toma un baño
Dentro de la habitación, Huo Lichen colocó a Yan Wan en el sofá y la miró pensativo mientras estaba frente a ella, no tenía intención alguna de irse. A pesar de sentirse algo ebria, todavía estaba lúcida y sobria en su cabeza. Ella se sentía intranquila por la forma en la que él la miraba.
—¿Hay algo más, señor Huo? —preguntó en voz baja.
Huo Lichen la miró con incredulidad.
—¿Qué te sucedió aquella noche en el hotel Shangpin?
Yan Wan se sobresaltó y entró en pánico. «¿Por qué de repente pregunta eso? ¿Acaso notó algo sospechoso de lo que había dicho Gu Zifei?» Ella no tenía la menor intención de contarle a nadie lo que le había sucedido aquella noche, mucho menos a alguien como Huo Lichen, a quien difícilmente podía considerar un amigo.
—No mucho —negó con la cabeza.
Los nervios la traicionaron cuando Huo Lichen entrecerró los ojos y la presionó.
—Dime la verdad.
—L…le estoy diciendo la verdad.
Yan Wan se levantó la ropa como si estuviera cubriendo su mentira, mientras se esforzaba para mantener la compostura. Huo Lichen fijó su mirada en ella como si debía dispararle al corazón para que revelara la verdad.
Podía ser pura coincidencia que estuviera en el mismo hotel esa misma noche, pero por cómo reaccionó su cuerpo ante ella no podía ser solo una coincidencia. Además, él no creía en las coincidencias. De manera imprudente, se inclinó con ambos brazos sobre el sofá, colocando su cuerpo alto y musculoso sobre ella.
—Lo comprobaré yo mismo si insistes en no decir la verdad.
«¿Comprobar qué?» Yan Wan aún estaba tratando de comprender la situación, pero sus instintos le dijeron que ese hombre era peligroso mientras más se acercaba a ella. Muerta de miedo, intentó quitárselo de encima.
—¿Por qué no lo hablamos, señor Huo?
Huo Lichen ignoró su forcejeo y sujetó sus manos colocándolas sobre su cabeza mientras que con la otra mano sujetaba su cintura. Yan Wan se puso rígida por un instante, la mano que estaba en su cintura parecía una pinza de hierro al rojo vivo que le abrasaba la piel y la desgarraba.
«¿No había dicho que no estaba interesado en mí? ¿Que el compromiso era falso? ¿Qué está intentando hacer ahora?»
—¿Qué haces, Huo Lichen?
Yan Wan apenas había soltado las primeras palabras cuando Huo Lichen la interrumpió con su voz áspera y despectiva.
—Eres demasiado delgada. —Sonaba más como una burla cuando pellizcó su cintura.
Para mantener su cuerpo en forma, tuvo que ponerse un corsé para usar ese vestido, y, sin embargo, ¿él criticaba que su cintura era demasiado delgada? Yan Wan apretó los labios con disgusto.
Huo Lichen subió su mirada y posó sus ojos en el pecho de Yan Wan, frunció el ceño al ver su busto y dijo:
—Demasiado grande.
Yan Wan estaba estupefacta y al mismo tiempo exasperada. Para realzar la figura de su cuerpo, había puesto dos almohadillas en su pecho para que se viera más relleno. Si bien, su talla de 34B no era algo fácil de manipular, ¿cómo podía ser tan grande como el que acababa de describir?
Yan Wan ya estaba cansada de las críticas sobre su cuerpo, al levantar la mirada para rechazar sus comentarios, quedó atrapada por el rostro bello de Huo Lichen, el cual se encontraba sobre el de ella. Estaban a tan solo centímetros uno del otro, sentían la respiración del otro sobre sus rostros. Yan Wan incluso podía escuchar los latidos ensordecedores de su propio corazón. ¿Estaba intentando besarla?
Llevaba un vestido esculpido, que hacía que la forma de su cuerpo se viera distinta a la forma habitual. Sus medidas no eran las mismas a la de la mujer que había visto aquella noche. Aunque no pudo confirmar su figura, ¿qué hay del beso? Sus labios sabían a cereza aquella noche, dulces y encantadores. Solo hacía falta un beso para volverse adicto.
Huo Lichen se acercó a Yan Wan y bajó sus labios lenta y gradualmente sobre ella, estaba a punto de tocar sus labios cuando un repentino olor penetrante le impregnó la nariz, era el olor de perfume de agua de rosas.
Huo Lichen no estaba interesado en las mujeres, pero lo que más detestaba era el perfume. Frunció el ceño con disgusto y soltó de manera abrupta a Yan Wan.
—Quiero que tomes un baño —ordenó.
«¿Tomar un baño?» Yan Wan miró al hombre que tenía en frente. Sus pestañas se agitaron con incredulidad. Por cómo se había comportado con ella, ¿qué quería decir cuando le pidió que tomara un baño? Podría ser…
Negó con la cabeza con seriedad.
—Está bien, lo haré cuando llegue a casa.
—Necesito de su colaboración después de haberse tomado un baño, señora Yan.
Huo Lichen sintió que ella había malinterpretado sus intenciones e intentó explicarle, algo que estaba en contra de su naturaleza cruda y distante. Sin embargo, lo único que logró fue intensificar el sentimiento inquietante que tenía Yan Wan. ¿Para qué estarían colaborando cuando necesitaba un baño?