Capítulo 301 Por fin
Quizá el hombre no llegaría de inmediato, pero Yan Wan ya no podía esperar más. Ansiosa, ignoró las conversaciones a su alrededor mientras miraba los autos que circulaban por la carretera con desesperación. La multitud también estiró el cuello con la esperanza de poder vislumbrar la silueta de Bai Qi. Yan Wan solo podía pensar en que el médico salvara a la persona que amaba.
¡Tic, tac! ¡Tic, tac! La joven no podía dejar de mirar el reloj y el segundero no dejaba de sonar. Con cada movimiento de la manecilla, otro segundo se iba.
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