Capítulo 607 Pensamientos compartidos
No sé cuánto tiempo lloró, pero Gu Zifei lloró hasta que su voz se volvió ronca y su garganta le dolía. No podía dejar de sollozar.
Yan Molin frunció el ceño mientras la observaba, extendiendo rápidamente la mano para darle palmaditas en la espalda y consolarla.
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