Capítulo 1266 Poder de batalla desatado

Para entonces, todo el mundo tenía claro que el objetivo del Tiranosaurio Rex era Diego. Las bestias, al presenciar la trágica muerte de sus compañeros, quedaron momentáneamente paralizadas, incapaces de reaccionar. La destreza en combate que Diego acababa de demostrar superaba con creces su comprensión. Era como si uno estuviera a punto de pisar una hormiga diminuta, pero en el momento en que esta movía sus antenas, su pie estallaba en pedazos. ¿Cómo no iba a asombrarles? Sin embargo, los animales eran, al fin y al cabo, animales. Incluso esas bestias feroces, tras un breve momento de asombro, seguían impulsadas por su instinto innato de matar.