Capítulo 1102 ¿Eres sólo el dueño de un bar?
Waldo contemplaba la escena con incredulidad. «Puede que adulen a Diego por miedo», pensó, «pero ¿cómo pueden ser tan descarados como para negar conocer a Norberto? ¿Es que no tienen vergüenza? ¿Han perdido la cabeza? ¿No temen las represalias?»
Diego, con un gesto casi casual, dio un ligero golpecito en la cara hinchada de Waldo.
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