Diego se quedó en silencio y miró a su alrededor. Mucha gente paseaba por la Universidad de Puerto Elsa durante la hora del almuerzo. Había parejas tomadas de la mano mientras conversaban con alegría. Un par de jóvenes jugaban con balones y se reían al pasar. También había alumnos que llevaban gafas y caminaban mientras leían. Entonces, Diego suspiró.
—Ser joven es una bendición. La vida universitaria es muy buena.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread