Capítulo 307 No me agradas
En un instante, algunos cientos de personas se pusieron de pie al mismo tiempo. Sin embargo, Timoteo tosió, sorprendiendo a varios y haciendo que se sentaran de mala gana.
Después de todo, ¿quién se atrevería a oponerse a él, a menos que quisiera morir? Sebastián miró a Timoteo con los ojos entrecerrados y al instante golpeó la mesa con su mano derecha, creando un sonido nítido.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread