Capítulo 8 Sofía y Cloe
En el club, me han dicho que no te conocen, ahí todo el mundo está loco, me han dicho que nunca has trabajado en ese lugar.
-Ay Esteban, ¿tienes un momento para tomarnos un café?
-Qué pena Oscar, podrías esperar un momento, Esteban es un amigo de la universidad, quiero tomarme un café con él.
-Señora, no sé si es buena idea, piénselo mejor.
-No pasa nada, yo asumo consecuencias con tu jefe.
Esteban no podía creer lo que estaba sucediendo.
-Como que te casaste Cloe, de que me estás hablando ¿y nosotros, que pasará con nosotros?, pensé que teníamos algo.
-Estas escuchando que Petra me vendió a un patán como Sebástian Ward, no tengo nada más que hacer, este tipo no es de jugar, es un completo pusilánime, me habla como si fuera una niña, como si fuera mi padre.
Al revisar Cloe su teléfono, vio el nombre “Sebas” en su pantalla.
-Eres una mujer casada, no se te olvide, no puedes andar besando tipos en la calle, deja de tomar a ese tipo de la mano y sonreír como si fueras boba, regresa a la casa si no quieres que tu amiguito pague las consecuencias de tus actos, tu saliste del club Orquídea, pero parece que él no salió de ti, respétate y respétame Cloe, te espero en casa.
Al leer el mensaje, se despidió inmediatamente de Esteban con un beso en la mejilla, “debo irme, olvidé por completo un compromiso, chao cuídate, te quiero”.
-Que pasa Cloe, bien; Chao Cloe, besos.
Prácticamente corrió al estacionamiento donde estaba Oscar esperando en el auto.
-Oscar, porqué le dijiste a Sebástian que estaba con Esteban, él solo es un amigo, no hacíamos nada malo, te lo aseguro.
-Señora, yo no dije nada, como se le ocurre.
-Yo no necesito que nadie me diga dónde y con quien está mi esposa, dijo una vos detrás de Cloe, no puedes estar abrazando y besando hombres ni invitándolos a tomar un café, ¿de verdad quieres seguir en esa vida de prostituta Cloe, de verdad quieres seguir así?
-No soy una prostituta, nunca lo he sido, Esteban es mi único amigo, él es mi compañero de universidad, no pasa nada entre nosotros.
-Bueno Cloe, ya lo sabes, eres mía, te compré en un precio que después de todo fue bastante alto, no creo que valieras tanto como tu padre hizo ver.
-Ven, te irás conmigo, Oscar, tu y yo tenemos que hablar mas tarde, dijo Sebástian mirando a Oscar.
-Sí señor, iré detrás de ustedes.
En el auto, era un silencio total, Sebástian conducía a una alta velocidad, Cloe ya se sentía un poco asustada, el hombre llevaba una mirada penetrante hacia el frente.
-¿Quién es él?
-¿Quien es que cosa?
-El hombre con el que estabas en el café, el que te besó.
-Ya te lo he dicho, es mi único amigo, su nombre es Esteban, no tengo amigas, porque soy la hija ilegitima de la familia de la O, por eso las familias prohíben a sus hijas que me dirijan la palabra, Esteban es mi amigo, al que no le ha importado que viviera en un night club, que sea una hija ilegitima o que esté casada con alguien como tu ahora.
-Ya no vives en el club, sacate eso de la cabeza por favor, ¿Con alguien como yo? ¿Qué significa eso?
-Que importa ya, me has dicho que soy de tu propiedad, así que lo que sea que vaya a decir, dará lo mismo, no es así.
Aquellas palabras por alguna razón, no le cayeron bien a Sebástian, quien ni la miró, solamente se quedó en silencio, aceleró y condujo hasta la casa.
-Vístete, llegaremos tarde a la cena.
-Si, como quieras. Ni siquiera me dijo lo hermosa que me veo, después de que me gasté tanto de su dinero en verme diferente, no entiendo porqué este hombre se quiso casar conmigo, si tan siquiera le agrado; no es que me importe lo que piense, pero al menos para llevar la fiesta en paz sería un buen inicio.
Cloe, compró un vestido largo, verde esmeralda, con los hombros descubiertos, unas sandalias en tono arena de un tacón bastante alto, su cabello estaba hacia un lado en ondas, con un tono miel que le hacía resaltar el tono café de sus ojos, se puso un collar de diamantes que hacía verse como toda una dama de sociedad, unos pequeños pendientes de diamantes que hacían juego con la delicada pulsera que llevaba en su mano izquierda, su maquillaje natural, la hacía verse espectacular, algo sexy pero recatada, a cualquiera le llamaría la atención esta mujer.
Al bajar por las escaleras, la señora Sánchez se sorprendió al verla, se veía tan diferente, tan hermosa que con una mirada despectiva ella, dio la espalda y se fue a la cocina.
-Señora Ward, se ve hermosa, vamos, llegará tarde.
-¿Y Sebástian, donde está?
-Él se marchó adelante, tenía que pasar por alguien.
Al llegar al lugar, se podía ver que la famosa cena tenia lo mejor de la sociedad del lugar, al entrar Cloe al sitio, fue vista por todas las mujeres en cuenta su hermana Sofía, quien del brazo de Sebástian la miraba como si fuera su enemiga, resistiendo toda la envidia que sentía por ella, Cloe era superior en todo a Sofía, belleza, inteligencia, modales, estudio, por todo le ganaba y Sofía no lo soportaba, ahora que ella se había ensañado en conquistar a Sebástian, no permitiría que él se interesara en Cloe lo mínimo.
Los hombres que había en el lugar, absolutamente todos, la miraron bastante interesados a la joven hermosa
Cuando Cloe miró a Sofía del brazo de Sebástian, quedó desconcertada.
-Sabes, ella es mi media hermana, parece que se fue a vivir con un tipo que le paga todo, tiene un pasado del que me da pena hablar, espero que nunca salga a la luz, me moriría de la pena contigo Sebástian.
-No me digas, no sabía que tenías una medio hermana, pero sabes algo, no se parece en nada a ti.
-Ay gracias, viniendo de ti, es un halago muy grande.
-Dicen que ella se iba con diferentes hombres en el pueblo donde vivía, mi padre la trajo a la ciudad cuando la madre murió, la verdad no tengo idea donde estuvo todo este tiempo, pero parece que ahora su suerte ha cambiado, según algunas amigas que vi en la estética hoy, ella anda con un hombre mayor, dicen que es su amante y que paga por todo lo que trae puesto, no me extrañaría, no sería la primer vez, dijo Sofía con afán de hacerle daño a su hermana, inventando todo ese cuento por envidia al ver lo bella que estaba Cloe.
Perdió su virginidad cuando aún era una niña, ella se metió con un hombre mayor, que le compraba algunas joyas, discúlpame Sebástian, pero debo contártelo, Cloe es la vergüenza de la familia de la O, mi padre se arrepiente todos los días de haber tenido una hija fuera del matrimonio y yo, por supuesto que me avergüenzo de ella.
-Me permites, hablaré con Cloe; dijo Sofía soltando el brazo de Sebástian.
-Que haces aquí, me estás avergonzando, tu no perteneces aquí, mírate, te ves ridícula, porque no te largas de una vez, estoy acompañando a Sebástian Ward, él seguramente será mi esposo, no me gustaría que sepa de dónde vienes, donde está el viejo que te pagó la ropa, seguramente te vendes por dinero; Cloe, no te da pena.