Capítulo 2 El tipo del accidente
Cuando lo visito, me da las gracias por quedarme con Petra y ayudarle a sacar adelante su empresa de construcción, además que si salgo de ese lugar antes de pagar su deuda, los matarán a él y a Sofía. A Sofía y a la madre de esta le dice que gracias a mi, la empresa no se fue a la quiebra, que deben de estar agradecidas, ellas se limitan a poner los ojos en blanco y verme de manera despreciativa, después de todas las gracias hipócritas de mi padre, minutos después cuando llega alguien a visitarlo a su casa y yo estoy ahí, presenta a Sofía como su hija y a mí me envía para la cocina, le da pena que me vean y que me relacionen con su familia, soy bastante educada, él siempre habla de que tiene una hija, pero y yo, entonces que soy, claro, yo no ando ropa de diseñador, zapatos o bolsos como los que usa Sofía, soy más educada claro está pero él no lo ve de esa manara, en mi familia, soy un poco menos que el perro y mi padre siempre logra convencerme de todo lo que quiere que haga y con Sofía y mi hermanastra lo poco que hemos compartido, se avergüenzan de mi, ellas no saben donde vivo, pero se avergüenzan por mi manera de vestir, sé que Sofía me envidia, dicen que soy muy hermosa y ella no puede con eso, así que cada vez que puede, me hace la vida imposible, al punto de presentarme en algún momento como la empleada personal de ella, fue humillante.
Según mi padre, yo debo de seguir al lado de Petra, porque un día la empresa de construcción será mi herencia y debo de pagar por ello pero que si dejo a Petra en estos momentos, los hombres que trabajan para ella lo mataran y le harán daño a Sofía, jamás lo permitiría, es la única familia que tengo.
Ese día iba para la universidad un poco despistada, al cruzar la calle, un auto que venía a una alta velocidad me golpeó, lanzándome a varios metros, se bajó un hombre de mediana edad, vestido de traje entero.
-Señorita, está usted bien, el semáforo estaba en verde, no me dio tiempo de frenar cuando usted cruzó la calle, ¿se siente bien, necesita que la lleve al médico? Llamaré una ambulancia.
-Qué pasa Oscar, ¿cómo está la mujer? Dijo una vos de trueno dentro del auto.
-Señor, la chica está un poco golpeada, creo que debemos llevarla al hospital.
-Maldita sea, como es posible que no miren por dónde caminan, será que no se pueden aprender los colores del semáforo y su significado, dijo el hombre y bajó del auto.
Por un momento, al ver aquel cuerpo y aquel rostro del hombre, me quedé sin palabras, sentí un vacío en mi estomago, era el hombre más atractivo que había visto en la vida.
-A ver señorita, que tiene, de verdad debo desviarme de mi camino por usted y dirigirme hacia un hospital, por no fijarse en lo que hace, tengo una reunión con mis socios y ahora esto.
La vos del hombre se hacía cada vez mas despreciativa al verme, podía verlo con el rabillo del ojo, cuando lo miré para responderle bastante enojada, pude observar como sus ojos se abrieron un poco más, algo asombrado, pero solamente fueron segundos y volvió a decir.
-Oscar, lleva a esta mujer al hospital, llamaré a que vengan por mí de inmediato, de verdad que las mujeres cada día me sorprenden más con su estupidez, son tan tontas, no entiendo, no conozco ninguna mujer que valga la pena realmente, todas son idiotas, parecen retardadas de verdad, decía el hombre en vos alta y parecía bastante molesto, cuanto quiere, dígamelo de una vez y evitémonos demandas por el atropello, se lo digo, porque personas como usted, estarán mañana viendo a ver como entran a mi empresa para querer sobornarme, así que dígame de una sola vez, cuanto quiere.
-Un momento señor, usted se equivoca conmigo, no soy estúpida ni retardada, solo estaba algo distraída, a todos nos ha pasado y mucho menos quiero su dinero, lo siento, venía algo desprevenida y no sé que le pudo a usted pasar con las mujeres para que hable así de ellas y la verdad no me importa, pero deje de hablarme de esa manera, tenga algo de respeto, además, si bien es cierto que crucé sin mirar, su chofer venía a una alta velocidad, hasta donde sé este lugar tiene un límite de velocidad y usted dije señalando al chofer, venía más veloz de lo permitido.
Mientras intentaba levantarme de la calle, bastante adolorida, con mis rodillas llenas de sangre, sabe que; los hombres como usted son una basura, unos despiadados, creen que el dinero lo compra todo y que pueden tratar a las personas como se les pega la gana y usted a mi no me puede comprar,? entendió?
El chofer me hacía señas de que me quedara callada.
-Señorita, por favor, ya deje de hablar, de verdad, ya no hable más, se va a meter en más problemas, usted no sabe quién es mi jefe, por favor.
-Oscar, así dijo este tipo que te llamabas, debería darte vergüenza trabajar para un hombre así, no tiene respeto por las mujeres de su familia, al tratar a las mujeres en la calle como me acaba de tratar a mi me lo acaba de demostrar, no me importa quién sea este tipo.
-Vámonos Oscar, perece que la mujer está bastante bien y no necesita que un despiadado como yo la lleve a un hospital.
Oscar de inmediato subió al auto de lujo y el infeliz que me trató como basura, subió al asiento trasero, cuando pasó a mi lado en la carretera, de donde no me había podido levantar por el fuerte dolor, ni siquiera me volvió a ver.
-Idiota, cree que el dinero lo puede todo, pero a mí no me impresionan ese tipo de hombres, pensé.
Haciendo mi mayor esfuerzo me levanté y caminé hasta la universidad, el dolor en mis rodillas y espalda era bastante fuerte, una chica de mi curso, me dio unas toallitas húmedas para limpiar toda la sangre y dejar ver mis raspones algo profundos, la clase terminó, sentía un dolor bastante fuerte, ya se me habían inflamado las rodillas, no podía ni caminar prácticamente.
-Cloe, vamos hermosa, te llevaré al hospital, no puedes caminar así.
-Te lo agradezco Esteban, pero esto con un poco de hielo y una pomada, estará bien mañana.
-Bien, vamos te llevo a tu casa.
-Gracias Esteban, de verdad me duelen demasiado la rodillas, el imbécil no hizo nada, solo se bajó, me trató mal y se fue cuando le dije las cosas, sabes que no me gusta que me hablen así tratándome mal, ya tengo suficiente con mi familia y Petra.
-Cloe, no entiendo porqué permites que te hablen de esa manera, de verdad, no lo entiendo, por suerte ya falta poco para graduarnos, que salgas de ese lugar y puedas hacer la vida como quieras, no debes de dejar que Sofía y que tu padre te manipulen ya con una carrera en la mano, es otra cosa, es más, mi padre podría ayudarte a que entres a trabajar a su empresa, vamos a ver, podríamos terminar siendo compañeros de trabajo, tal vez así me aceptes como mas que tu amigo.
-Esteban, ya hemos hablado de eso, no tengo cabeza para nada mas en este momento, tengo mucho estrés por todo, quiero salir corriendo de este lugar, mi familia es una porquería, lo único bueno que tengo eres tú y no sé si quiero que nuestra amistad se arruine intentando algo.
-Vamos Cloe, si no funciona, te prometo que todo va a seguir igual, dame solo una oportunidad.
En ese momento, Esteban besó a Cloe, mientras estaban frente al Nigth club dentro del auto.
-Sabes que estoy enamorado de ti desde hace ya mucho tiempo, nunca te haría daño y mucho menos querría perder tu amistad.
-Dame tiempo, veremos que pasa.