Capítulo 5 El baile de Cloe
-¿Hola señor, desea cenar?
-No, estaré en mi habitación, vaya a descansar si quiere, le respondió a la mujer fríamente, la respuesta de Cloe, lo había puesto de mal humor.
Sebástian no podía dejar de pensar en la mujer; ¿será que de verdad no es una bailarina, será que no se vende por dinero, si es así estoy sorprendido que estando en ese ambiente no haya caído consiguiendo el dinero fácil, siendo tan joven y bella, en ese trabajo le sobrarían clientes.
-“Cumpleaños feliz”, Cloe, feliz cumpleaños, hoy eres mayor de edad, que piensas hacer, salgamos el lunes a celebrar, el Club Orquídea no abre así que vamos, nos embriagaremos en la competencia solamente para ver a Petra morir de la ira.
-Gracias muchachas, se ve delicioso el pastel, claro que saldremos a celebrar, yo con mi jugo de tomate y ustedes con sus botellas.
-Sopla la vela y pide un deseo Cloe, lo que pidas se te cumplirá.
-Hola señoritas, que celebran tan felices, el estreno de Cloe en el tubo o cuéntenme, que es la celebración.
Aquello quedó en un total silencio después de escuchar a Petra, todas las chicas querían a Cloe y sabían igual que Petra que ella trabajaría en lo que fuera, pero no quería bailar en el tubo.
-Petra, yo hago lo que usted quiera, pero por favor bailar en el tubo no, se lo suplico.
-Si Petra, la niña no quiere hacerlo, ella es buena en lo que hace, hasta te ha ayudado a servir los tragos y es bastante buena con eso, los clientes la piden, eso también te deja dinero, para que quieres que baile, no es necesario.
-Es mi negocio y yo lo manejo como me dé la gana, a partir de hoy comienzas a ensayar y ustedes le enseñaran lo que necesite aprender y lo que no, ya verá.
Y tu Cloe, debes de pagar la deuda de tu padre o que crees que yo te tengo aquí para ver tu linda cara o pagas o él y su princesita Sofía se muere.
Todo fue tristeza a partir de ese momento, la alegría por la mayoría de edad, había quedado en nada, ya no habían ganas de reír ni mucho menos.
Cuando estaban ensayando, Cloe con una cara de funeral, llegó Petra.
-Mira mira, no eres tan mala después de todo, mañana tendrás tu primer privado, es un cliente bueno, seguramente le gusta ver mujeres jóvenes y nuevas, haré dinero contigo Cloe, eso te lo aseguro, tu padre estará orgulloso de tener una bailarina en su familia.
Cloe lloraba desconsolada, como voy a exponer mi cuerpo de esa manera María, si con el uniforme de mesera me siento prácticamente desnuda, no creo que pueda hacerlo, me da pena bailar frente a ustedes ahora frente a unos hombres desconocidos , es demasiado para mí.
-Tranquila niña, tu hazlo bien, es más, te pondrás este antifaz, así no te reconocerán y como tu nombre es Sofi, no pasará nada, cierra los ojos solamente, pero ten un agarre fuerte, para que no te caigas.
-Bueno mamacita, hoy es tu debut, no hagas que te pase lo mismo que a María, cinco días en el hospital por no hacer lo que le pedí, aquí se hace lo que yo digo y punto, solo es un cliente, creo que te irá bien, dijo Petra riendo.
-Mientras las chicas le ponían a Cloe la ropa, ella no hacía más que llorar, “es denigrante chicas, perdónenme porque es su trabajo, pero no todas podemos hacerlo”.
-Ya tranquila, te irá bien, te irás pronto de aquí, no lo pienses mucho; vamos animo Cloe, debes hacerlo, porque Petra te mata si te niegas, aparte es solamente un cliente, no pasará nada, solo harás un baile.
Por más que las chicas le daban su apoyo a Cloe, ella no podía sentirse bien exhibiendo su cuerpo frente a hombres, así fuera uno solamente.
-Bueno señorita, llegó el momento, vamos a ver qué puedes dar. Dijo Petra riendo, te esperan en el privado ocho, con eso te digo el nivel de cliente que te conseguí.
-Toma Cloe, ponte esto, cuando estés en el privado te lo quitas, así no te exhibes por todo el salón semi desnuda.
-Gracias María por la bata, no sé que voy a hacer, de verdad no sé.
Al entrar al salón, había un hombre de espaldas, ella se quitó la bata que la cubría, dejando a una Cloe en dos piezas nada mas, un top diminuto y una tanga, las mas tapada que pudo encontrar, el color negro, hacía que su piel se viera mas blanca y tersa.
Al darse vuelta el hombre, miró a Cloe directamente a los ojos, aunque ella tenía un antifaz negro, él pudo ver claramente que era ella, esos ojos eran inconfundibles.
-Hola señorita, para que me mintió, porqué me dijo que no bailaba, que no divertía a los hombres, no tiene sentido, la verdad no me importa lo que haga con su vida, si está acá es porque le gusta, así que baile, como cualquier puta barata, trate de excitarme a ver si lo logra, las mujeres como usted, no me provocan absolutamente nada, pero intente ganarse su dinero, no sé porque se las dio de digna la ultima vez, si es igual a todas, baile, le pagaré bien.
-Señor, le juro que es la primera vez que hago esto, no sé ni por donde comenzar, las lágrimas de Cloe rodaban por sus mejillas, pero el hombre la miraba con desprecio.
-Quiero ver lo que tiene para mi esta noche, ya deje de llorar, usted haga su trabajo que si me gusta, le daré una buena propina, Petra me invitó hoy, porque Sofi estaría conmigo sirviéndome tragos, ella me regaló tu baile privado, así que no te preocupes, te pagaré bastante bien, ¿para qué te cambiaste el nombre Cloe?, que, no quieres que sepan que eres una mujerzuela que baila a los hombres por dinero, que asco me dan las mujeres como tú.
¡Ni modo ya estoy aquí, así que vamos, baila! Por un momento pensé que podías ser diferente Cloe, pero eres igual a todas, bailan y se van con hombres por dinero.
Era tan humillante para ella, no podía decir nada mas, estaba semi desnuda frente a un hombre que le pedía que bailara para él y que le pagaría mucho dinero por un baile, no sabía el porqué, pero lo que aquel hombre le decía, le afectaba y mucho.
Cloe tomó el vaso que había sobre la mesa con un trago de wisky, era el trago que la mesera le había servido a Sebástian, era bastante fuerte y se lo tomó sin pensarlo, ella nunca había tomado, pero necesitaba valor para hacer lo que el hombre le pedía.
Se sirvió otro trago de la botella y otro más, después de tres tragos bastante fuertes, Cloe estaba mareada, intentaba subirse al tubo, pero sus reflejos no se lo permitían, daba pasos en falso tropezando a cada instante.
-Estás loca mujer, pensé que estabas acostumbrada a tomar así, evidentemente no, ya ven, siéntate acá, no te muevas mas, le dijo él tapándola con la bata que ella se había quitado antes.
-Lo siento señor, como le dije, este no es mi mundo, si estoy acá es porque mi padre le debe dinero a la dueña y yo lo estoy pagando, solamente limpiaba el lugar, pero hoy Petra ha querido que lo distraiga con un baile que no tengo idea como hacerlo, nunca me he subido a un tubo a entretener a nadie, de hecho, me parece denigrante, discúlpeme, pero si Petra se entera que no bailé, me matará, me golpeará y me mandará al hospital.
Los ojos de aquel hombre estaban fijos en la cara de la mujer, le quitó el antifaz y los grandes ojos café de ella lo sacaron de su estado de tranquilidad, era realmente bella.
-¿Cuánto le debe tu padre a Petra?
-No lo sé, no lo sé, decía Cloe intentando no vomitar, “lo siento, lo siento” dijo ella quedándose prácticamente dormida.
-Bien Sebástian, bien, pagaste por un baile por una mujer que querías ver y terminaste sirviendo de confidente y con los zapatos vomitados.
-Oscar, necesito que vayas a la mansión, abras la caja fuerte y llenes uno de los portafolios, te vienes para el Club Orquídea de inmediato con el dinero.
-Si señor inmediatamente.
El señor en Club Orquídea nuevamente, de verdad que la mujer lo logró impresionar, nunca va a esos lugares y ahora es el lugar de preferencia, ¿que tendrá que pagar con esta cantidad de dinero?
En menos de veinte minutos, ya Sebástian tenía el dinero en sus manos.
Dos horas después, cuando Sebástian salió del privado, esperando a que Cloe se recuperara, cosa que no sucedió, le dio a Petra una gran suma de dinero en un maletín, la mujer abrió los ojos asombrada.