Capítulo 124 Tiempo de sanar
Nathan dejó caer el periódico sobre la mesa de la terraza. En la foto en blanco y negro, James Kingston se mantenía solitario bajo la lluvia, viendo cómo el ataúd de Amelia descendía en la tierra húmeda.
El recuerdo de Amelia lo asaltó con la misma fuerza de siempre. Rabia. Traiciones. Un final abrupto. Nunca fueron cercanos, pero compartían sangre… y ahora ella se había ido para siempre.
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