Capítulo 107 Inquieto

Por desgracia, el cuerpo de Ellis no recuperaba todavía la capacidad de mantenerse de pie de forma correcta. Tan pronto como sus pies tocaron el suelo, se sintieron débiles, casi se estuvo a punto de caer. En ese momento, un par de manos grandes aparecieron frente a ella, en apariencia para ayudarla, pero como no quería ningún contacto físico con Easton, con rapidez agarró la mesita de noche para evitar caer de frente. —Ellis, eres bastante terca. —Al ver a Ellis mantener de forma obstinada la distancia con él, Easton no se enojó, sino que se sintió más desacostumbrado y sintió que le estaba invadiendo una vena rebelde. A ella no le gustaba su cercanía, así que él se acercó a propósito. La levantó con una mano mientras con la otra jugaba con su cabello algo desordenado. Al encontrarse con su mirada airada, sonrió un poco—. En casa no se puede ser terca.