Capítulo 1 Secuestrada

—Easton, tu preciosa esposa está en mis manos. Prepara cinco mil millones y transfiérelos a mi cuenta. Si no lo haces, encontrarás su cadáver en 24 horas. Una voz masculina y áspera se escuchó por el teléfono, lo que provocó que Easton arrugara la frente con fastidio. No reconoció a la persona que llamaba, pero estaban usando el número de teléfono de Ellis. Los últimos días, Ellis estuvo intentando diferentes trucos para llamar su atención después de su discusión de hace poco. Es posible que se trataba de otra de sus intrigas. Easton solo respondió a la llamada por accidente, su dedo se deslizó y pulsó el botón para tomar la llamada. —Dile a Ellis que si está viva o muerta no me importa. Debería dejar estos juegos tontos… —Colgó de inmediato y regresó a su trabajo. Mientras tanto, en un almacén oscuro y solitario, Nolan, con el rostro torcido por la frustración, miraba con furia a Ellis, que estaba atada e inmovilizada. Con el teléfono en altavoz, Ellis escuchó de forma clara la respuesta de Easton. Una fría sensación de desesperanza se apoderó de ella, y las oraciones a las que se estuvo aferrando ahora parecían una broma cruel. Nolan la secuestró con la esperanza de extorsionar a Easton. Temblando de miedo, estuvo rezando para que Easton acudiera en su rescate. Pero, en lugar de eso, Easton no se preocupó por su seguridad, asumiendo que ella planeó todo el asunto. Nolan, enfurecido ante su intento fallido, arrojó el teléfono con cólera. En ese momento, la puerta se abrió de golpe. Nolan miró hacia adentro cuando dos hombres entraron, arrastrando un saco de tamaño humano. Él atrajo la atención de Ellis. «¿Nolan también secuestró a alguien más?». —¡Nolan, trajimos a la persona! —anunciaron los dos hombres, acercándose a él con entusiasmo. —¡Bien hecho! —Nolan asintió con aprobación ante el buen trabajo de sus hombres. «Por suerte, tenía un plan de respaldo. De lo contrario, todo el esfuerzo sería inútil». Nolan ordenó a sus hombres que sacaran a la persona de la bolsa. Cuando la persona por fin se reveló, los ojos de Ellis se abrieron de par en par con asombro. «¡Era Victoria!». Esa mujer era alguien a quien Ellis reconocería incluso si se convirtiera en polvo. No podía negar que la presencia de Victoria la hacía estar incómoda. Después de todo, en los círculos de élite de Puente Real, todos sabían que Victoria fue el primer amor de Easton. Los dos fueron muy unidos desde la infancia e incluso estuvieron comprometidos. Si Easton no perdía la brutal competencia por la herencia en la Familia Hudson y si los padres de Victoria no cancelaran el compromiso y la enviaran al extranjero, Ellis nunca tendría la oportunidad de convertirse en la Señora Hudson. Ahora que Victoria estaba allí, Ellis se preguntaba. «¿Cuándo regresó Victoria al país? ¿Estuvo en contacto con Easton? ¿La reciente actitud fría de Easton hacia mí se debía a Victoria?». Cuando sacaron a Victoria de la bolsa y estaba a punto de forcejear, notó a Ellis, y su pánico se convirtió de inmediato en desdén y desprecio. En ese momento, Nolan tomó el teléfono de Victoria de su bolso. Obligándola a desbloquearlo, con rapidez encontró el número de Easton entre sus contactos. El historial de llamadas mostró que los dos se llamaban con frecuencia. «Entonces, era verdad. Victoria todavía ocupaba un lugar especial en el corazón de Easton». Nolan soltó una risita complacida. Se sintió aliviado de preparar un plan de respaldo y no depender solo de Ellis. Después de marcar, Nolan le quitó la cinta adhesiva de la boca a Victoria y le hizo señas para que hablara. Victoria se dio cuenta de que la secuestraron, pero no esperaba que los secuestradores contactaran a Easton en lugar de a su familia. —¡Easton, me secuestraron! ¡Ayúdame! —gritó. Justo cuando Easton colgaba una llamada anterior, su teléfono volvió a sonar. Suponiendo que era Ellis, casi lo ignora, pero luego se dio cuenta de que era Victoria quien llamaba. Al escuchar su grito de ayuda, arrugó la frente. —¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? —preguntó. Aprendiendo de su experiencia anterior, Nolan decidió no hablar de inmediato. En su lugar, golpeó a Victoria con fuerza en el rostro. La fuerte bofetada resonó en los oídos de Easton, y la escuchó con claridad. Dejó con rapidez a un lado sus papeles, y la llamada atrajo por completo su atención—. ¿El que te está golpeando es el secuestrador? ¡Quiero hablar con él! —Señor Easton, no se sorprenda. ¡Soy yo otra vez! —Nolan tomó la barbilla de Victoria—. Puede que su esposa no sea muy valiosa para usted, pero su amada sin duda tiene valor, ¿verdad? Al principio, Ellis estaba confundida sobre por qué Nolan se la llevó a ella y también a Victoria, pero cuando Nolan le pidió dinero a Easton, un rayo de esperanza surgió en su interior. Sin duda, Easton se daría cuenta de que estaba en verdad en peligro e iría a salvarla. —¿Cinco mil millones? Envíame tu número de cuenta —dijo Easton, cambiando de actitud al captar el punto clave. —¡No, no, no! El precio aumentó. Su amada debe valer al menos diez mil millones —Nolan apretó su agarre, haciendo que Victoria gritara con dolor—. ¿Se da cuenta? Si no se da prisa, su hermosa querida podría… —Nolan hizo una pausa a propósito antes de terminar de decir—. Será golpeada y asesinada. —¡No le hagas daño! Transferiré el dinero de inmediato —se escuchó la voz frenética de Easton. La tenue esperanza y las expectativas de Ellis se hicieron añicos al instante. Todo su cuerpo se quedó helado mientras la sangre se le escapaba del rostro.