Capítulo 48 La mujer que no suplica
La voz de Sophia estaba llena de quejas y sermones, lo que hizo que Easton arrugara la frente con profundidad. Siempre que algo salía mal, su madre se ponía del lado de Ellis. Y ahora incluso estaba presionándolo para tener un nieto.
—Los hombres no pueden tener hijos por sí solos. Si quieres un nieto, díselo a Ellis. Estaría más que feliz de tener uno —dijo Easton, sin olvidar cómo lo mencionó varias veces antes, con tantas ganas de tener un hijo suyo.
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