Capítulo 311 Sin castigo alguno

Natasha la miró con una mirada gentil y dijo: "Tú, querida mía, eres la que más me preocupa. Tus primos han demostrado ser capaces, y aunque tú también lo eres, al fin y al cabo eres una mujer. No importa cuán grandes sean los logros de una mujer, siempre serán vistos como inferiores a los de un hombre. En este momento, la Gran Reina Madre y el Rey te favorecen, te colman de gracia y privilegio. Pero el favor solo no es suficiente, debe estar respaldado por el mérito. Si yo tuviera la elección, nunca te dejaría poner un pie en el campo de batalla. Sin embargo, después de la batalla de Zloimond, tu reputación está sellada. Sin duda habrá una segunda vez, una tercera vez, a menos que el Imperio Eryndral permanezca en paz para siempre, y eso es imposible. Ninguna dinastía permanece en paz por la eternidad. Nuestros antepasados ​​esperaban que sus descendientes llevaran vidas estables y sin incidentes, especialmente las mujeres. Casarse bien, tener hijos, administrar el hogar, e incluso si la vida está llena de pequeñas luchas, al menos sería una existencia ordinaria. Pero tú... tú no eres ordinaria, y eso significa que tu camino tampoco lo será. Y con eso viene el sufrimiento, el tipo de sufrimiento que otros quizás nunca tengan que soportar. Debes estar preparada para ello. Especialmente cuando se trata de Oliver, marido y mujer deben estar unidos. Si permites que pequeñas quejas crezcan entre ustedes, ¿cómo navegarán por las dificultades que se avecinan? ¿Cómo las enfrentarán juntos?"