Capítulo 39 Todo es mío
Tal como Isolde había predicho, la noche pasó sin incidentes. La cena fue sencilla pero no faltaba nada: un plato de carne, una verdura y un tazón de sopa de champiñones.
Durmió profundamente. La ropa de cama no era de la época de su madre, pero descansar en una habitación donde una vez durmió Prunella le traía una sensación inexplicable de paz.
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