Capítulo 131 Anabel no juzga mal
Al entrar en la residencia, Amalia notó que varias miradas se dirigían hacia ella. Amalia vio primero a Mateo. Iba vestido con un chándal gris claro que irradiaba un aire refrescante y juvenil. La miró con una pizca de dulzura. Amalia pensó que sus ojos le jugaban una mala pasada, quizás debido a su aspecto juvenil de aquel día.
O tal vez fue el profundo afecto mostrado entre Marcela y su marido lo que hizo que Amalia devolviera una mirada cariñosa a Mateo, sin querer echarse atrás. Mateo sonrió con sutileza.
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