Capítulo 15 ¡450 mil en cuenta! Daniel Hernández
—Qué demonios... —El conductor estaba atónito. Llevaba cinco o seis años conduciendo este viejo auto, ¡y era la primera vez que se daba cuenta de que se podía conducir así!
Daniel se quedó estupefacto durante dos segundos. Después de recuperar la compostura, abrió de inmediato la puerta del auto y salió, mirando con incredulidad a Isabella, que estaba con tranquilidad sentada en el auto. Se quedó sin habla. Los jóvenes miraron a Daniel y luego a Isabella.
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