Capítulo 5 Ganar o morir

La mansión de los Rossi Moretti resonaba con la elegancia de la opulencia. Isabella se encontraba sentada en la imponente mesa de comedor, cuyos detalles tallados a mano mostraban la riqueza que poseía la familia. Los elegantes candelabros iluminaban el lugar, creando sombras danzantes en las paredes, mientras ella, con una mirada astuta, finiquitaba los detalles de la operación con Don Marco y Leonardo. La conversación fluía entre exquisitos platos y copas de vino tinto, tan tinto como los labios rojos carmesí de la exuberante mujer, mientras los detalles de la estrategia se tejían como una compleja red. Don Marco, con su mirada firme y gesto serio, subrayaba cada punto estratégico. Mientras Francesco, aún se recuperaba de las heridas en su habitación. La tensión flotaba en el aire, Isabella mantenía su elegancia, moviéndose como una reina entre los asuntos de la mafia. La cena llegó a su fin, de pronto Carter, el único hombre de confianza de Isabella, se acercó a ella y se inclinó susurrándole al oído que todo estaba listo, con un gesto elegante, Isabella se levantó de la mesa. En ese momento, el grupo de hombres armados se congregó en la entrada. Era el momento de actuar. Leonardo se unió a Isabella, ambos vestidos de oscuro, con miradas que reflejaban determinación y peligro. La mansión, antes llena de risas y conversaciones, se sumió en un silencio tenso. Los pasillos resonaban con el suave crujir de las botas de cuero, mientras el grupo se dirigía hacia la bodega indicada por los informantes. El exterior estaba envuelto en la oscuridad de la noche. La luna se asomaba entre las nubes, pintando con sombras los rostros tensos. El aroma del peligro flotaba en el aire cuando llegaron a la bodega, el epicentro de la operación. Isabella con movimientos y órdenes tácticas dirigía al equipo; antes de entrar alzo su brazo derecho empuñando su fina y delicada mano para que el grupo de hombres se detuviera, orden que fue acatada de inmediato al ver el gesto. — ¿Cómo es que diriges al equipo de esta manera? ¿Es que acaso también perteneces a un grupo táctico militar? —Fueron las preguntas de Leonardo al ver a Isabella. —Hay muchas cosas de mí que no saben Leonardo. —Fue la corta respuesta de Isabella con la mirada fija en el objetivo. —Entonces si perteneces a un grupo táctico, eso en nuestras familias es una enorme e imperdonable ofensa Isabella. Isabella quito su mirada de la bodega por unos segundos, miro a Leonardo y dijo. —Te prometo que de camino a casa te contaré ese capítulo de mi vida, amigo, ahora prepárate daré la orden para entrar. —Quizás de regreso uno de los dos regrese sin vida y ya sea tarde para contar o en mi caso escuchar ese capítulo de tu vida Isabella. —Puedes estar tranquilo Leonardo, no vine aquí para perder hombres e irme con las manos vacías. —Está bien Isabella, ahora vamos a ver si tus contactos estaban en lo cierto y por favor no te alejes de mí; mi primo y mi abuelo no me perdonarían si te pasa algo. —Ja, ja, ja, que buen chiste antes de una guerra; quizás tu abuelo no te lo perdone, ¡pero tu primo! Él te haría un monumento si hoy permitieras que me dieran un tiro, no dudaría en hacer una fiesta y correr a los brazos de la insípida de Elena. En ese instante la conversación entre Leonardo e Isabella fue interrumpida. —Perdón, señora, pero hemos detectado movimiento dentro de la bodega. — ¿De cuántos hombres estamos hablando Carter? —La señal térmica registra la presencia de diez personas, señora. —Perfecto, tenemos cinco hombres más que ellos, por ninguna razón esos hombres deben salir de aquí sin rendirme cuentas primero, luego sabes qué hacer y Carter no quiero bajas de nuestra parte, está de más decir que tengo a los mejores a mi lado. —No se preocupe, señora, será como usted diga y por favor manténgase cerca. —No puedes cuidarme y hacer lo que te pido Carter, ahora que comience la fiesta muchachos. Al ingresar, los hombres se desplegaron por todo el lugar y sin más los disparos comenzaron, llamando la atención de sus oponentes, quienes no tardaron en cubrirse y abrir fuego en contra de los intrusos, mientras los gritos de un hombre que se encontraba oculto le ordenaba resguardar el cargamento con su vida. El enfrentamiento fue inminente, las balas cortaban el aire con rapidez, Isabella y Leonardo se movían con destreza liderando el grupo con determinación. — Entreguen mi mercancía y les daré la oportunidad de salir de aquí con vida, siéntanse privilegiados, ese tipo de concesiones no las hago todos los días. —Grito Isabella. —Eso jamás, nunca imagine que después de años de tradición y códigos inquebrantables la 'Ndrangheta fuera liderada por una mujer, es claro que los hombres Moretti – Rossi dejaron los pantalones para usar faldas, ahora envían a una pobre perra con ínfulas de gánster a enfrentar a los enemigos y recuperar la mercancía que el parásito de Francesco se dejó quitar por andar con su amante. —Mide tus palabras maldito infeliz, hablas de tener pantalones y no muestras la cara, sal y enfréntame como hombre, verás que cuando te ponga las manos encima te arrancaré la lengua. —Añadió Leonardo. —Ja, ja, ja, eso está por verse niño bonito, quizás Francesco se salvó del atentado, pero esta noche ustedes no saldrán con vida. La bodega se convirtió en un campo de batalla, con la intensidad de la lealtad y la traición entrelazadas. Las luces parpadeaban, cada decisión, cada movimiento, estaba marcado por la urgencia de la victoria. El sonido de los disparos, los murmullos de los hombres y los gritos de desafío llenaban el lugar. Finalmente, Isabella y Leonardo, en el epicentro del caos, se encontraron cara a cara con los líderes de la banda rival. Leonardo, con su pistola en mano, esbozó una sonrisa sardónica. —Pensaron que podrían escapar. Aquí estoy, para recordarles quién soy, ahora ¿dime quién es el que no tiene pantalones? Sujétenlo, Carter dame tu cuchillo, ja, ja no sabes cuánto voy a disfrutar cortándote esa lengua larga y asquerosa que tienes. —No te tengo miedo basura italiana, dile a Francesco que su mujer tiene más testículos que él y que como líder de la 'Ndrangheta es un asco. Leonardo, ya cansado de oír la arrogancia del hombre, lo golpeó bruscamente con el arma, cuando iba a mutilar la lengua del hombre, Isabella intervino. —Leonardo, detente, ¿dime quién eres y para quién trabajas?, es obvio que no eres de aquí tu acento ruso, te deja al descubierto, no creo a los Rusos tan estúpidos como para venirse a meter en la cueva del lobo; sin embargo, nos conoces muy bien así que alguien tuvo que haberte contratado y no me vengas con idioteces a decir que fue La Cosa Nostra, los conozco y no es su estilo. —No cabe duda que es cierto lo que dicen, eres increíblemente hermosa, sexy, astuta, pero sobre todo muy inteligente e intuitiva, que lastima que te uniste al imbécil de Francesco con el hombre indicado serias la dueña del mundo. —Wow veo que sabes apreciar lo bueno con solo verlo, pero no has respondido a mi pregunta ¿cómo te llamas y quién te contrato?, ya que dices que no estoy con el hombre indicado, te propongo lo siguiente, trabajaras para mí y te pagaré el triple de lo que te han pagado ¿qué dices? — Mi nombre es Yakov Sokolov, en cuanto a tu propuesta debo admitir que triplicar lo que me pagaron suena bien, pero debo confesar que la propuesta de la otra mujer fue mejor. Me dio una semana de rico placer, debo decir que es buena en la cama, me pago bien y luego de mi trabajo podía regresar a mi país, no tendría que ser uno más de sus perros. Así que ya mátame sea como sea ya estoy muerto. —Halcón que remplaza, ese es el significado de tu nombre, ¿verdad? — Ante la pregunta de Isabella, el hombre asintió con un leve movimiento de cabeza. —Veo que no me dirás quién te contrato, aunque ya sé que hay una mujer involucrada. Pensé que serias más inteligente, Carter ata a uno de los hombres y tápale la boca, al resto mátalos, después que Leonardo termine con nuestro amigo Yakov, quítale la mordaza al hombre, toma su celular y que llame para que su jefa sepa que recuperamos lo que nos pertenece y luego matado; Leonardo, Yakov es todo tuyo, los demás comiencen a llevar la mercancía al camión. Luego de cumplir las órdenes de Isabella subieron a las lujosas camionetas para volver a casa, Leonardo estaba impresionado, no dejaba de observar a Isabella, era increíble ver como semejante mujer se mantenía tan serena y elegante después de todo lo que habían hecho esa noche. —Leonardo jamás te dijeron que es de mala educación ver tanto a una persona, ya deja de verme y convierte tus pensamientos en palabras o en preguntas, da lo mismo. —Perdón Isabella, es que es imposible no perderse en esa calma, en esa frialdad, en esa belleza y elegancia que posees y menos después de todo lo que hicimos allá atrás para recuperar el cargamento, otra mujer en tu lugar estaría muerta de miedo. —Mucho de eso se lo debo a tu querido primo, cuando deje Italia con el corazón hecho trizas me convertí en un despojo humano, estaba en modo automático, me aseaba, comía, caminaba porque me lo ordenaban para seguir viviendo. —No lo imagino, sé que amabas a mi primo y veías por sus ojos, pero porque llegar a ese extremo reconozco que era tu novio, pero jamás tuvieron intimidad y de hecho siempre se dijo que ese había sido el motivo que te dejara por Elena. —Ja, ja, hay Leo, eso fue lo que tu primo dijo, pero en realidad un día antes de que todo terminara, tu primo me convenció, dijo que de todas maneras sería su esposa, pero que no podía esperar tanto que tenía necesidades y una fila de mujeres dispuestas a satisfacerlo. Organizo casa de la playa, compro, rosas y hasta una fina botella de champaña, después de hacerlo espero veinte minutos se levantó y comenzó a vestirse. —A medida que Isabella le relataba lo sucedido a Leonardo, sus ojos se llenaban de lágrimas que comenzaban a brotar amargamente. — Sabes en ese instante le pregunté qué había sucedido, que había hecho mal; porque se vestía y me dijo que me levantara, que todo había sido un juego que no me soportaba y que jamás se casaría con una estúpida niña mimada. Que Elena era la única mujer que sabía cómo hacerle el amor, que sabía cómo hacer vibrar su cuerpo con sus caricias y que eso que había hecho conmigo era la prueba para que Elena se convenciera de que ella era la única mujer que le importaba en la vida, término de vestirse me arrojo treinta dólares y se marchó dejándome destrozada. —Isabella, mi primo, jamás me dijo nada, es un desgraciado cobarde como se atrevió hacerte algo así ¿Por qué no le dijiste nada al abuelo o a mi tío? —Leonardo, si yo fuese dicho algo tú y yo no estaríamos juntos de camino a casa después de recuperar ese cargamento, muchos de nuestras familias estarían muertos tras una guerra interminable entre ambas familias y yo los aprecio mucho a ti, al abuelo y a mi padrino que ya no está. —Y también amabas mucho a Francesco, pero tienes razón, estaríamos en la peor guerra entre nuestras familias, cambiando de tema como fue que aprendiste el entrenamiento táctico, además de pelear como peleas. —Bueno, no haré el cuento tan largo; cuando comencé el primer semestre en la universidad conocí un chico del tercer semestre el cual me golpeo con su pelota de básquet, me pidió disculpa, comenzamos a charlar y todos los días almorzábamos juntos, poco después comenzamos a salir. Cuando estaba en el tercer semestre me entere de que era un agente encubierto de la Interpol que estaba detrás de mi familia. — ¿Cómo fue que te enteraste? —Él realmente se enamoró de mí y me lo confesó. Al principio me molesté, pero no te voy a negar que me gustaba y que supo arreglar de alguna manera todo el daño que había causado tu primo. Después se las arregló para llevarme a un campamento de entrenamiento, allí conocí a Carter y algunos de los chicos que nos acompañaron, hoy ellos me enseñaron todo lo que sé, cuando regrese con el de ese entrenamiento mi padre ya sabía que él era un agente y pues termine la relación prefería alejarme que asistir a su funeral. —Y los jefes del chico no se enteraron, ¿cómo fue que convenciste a Carter y a los demás de trabajar para la mafia? —Su padre es el director de la INTERPOL, en cuanto a Carter y el resto de los chicos estaban cansados de ver morir compañeros y que solo se le entregara la bandera y una mísera pensión a sus familiares, así que solo propuse y aceptaron. — ¿Y tú superhéroe que dijo al respecto? —Nada eran como hermanos mayores para él y sabía que tenían razón, además muy en el fondo sentía alivio de que se fueran conmigo, así podían hacer lo que él había hecho todo ese tiempo, cuidarme y protegerme. — ¡Y amarte!, porque se nota que te amo mucho para arriesgar toda su vida y su carrera para poder protegerte y estar contigo, no muchos hacen eso. —Así es mi estimado amigo, no muchos son tan leales, fieles y aman sin ningún interés, pero en fin esa es la historia. Finalmente, Isabella había dicho cosas que había callado durante muchos años, ahora en dentro del vehículo reinaba un profundo silencio, cada uno sumergidos en pensamientos y recuerdos mientras esperaban llegar a la enorme mansión en donde los esperaba una desagradable sorpresa.
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Índice
Capítulo 1 Sombras del destino Capítulo 2 Duelo de promesas Capítulo 3 Entrelazados Capítulo 4 Entre desencuentros y despedidas Capítulo 5 Ganar o morir Capítulo 6 Elena regresa Capítulo 7 Nuevo día, nuevas sorpresas Capítulo 8 De frente a la traición Capítulo 9 Insubordinación silenciosa Capítulo 10 ¿Tan poco le importo? Capítulo 11 Regalo de bienvenida appCapítulo 12 Bienvenidos a casa appCapítulo 13 Fiesta inolvidable appCapítulo 14 Salida al club appCapítulo 15 En el club appCapítulo 16 De camino a sicilia appCapítulo 17 Uniendo fuerzas appCapítulo 18 Uniendo fuerzas ii appCapítulo 19 Con la guardia baja appCapítulo 20 Matrimonio consumado appCapítulo 21 Daño colateral appCapítulo 22 Lágrimas de fuego appCapítulo 23 En el hospital appCapítulo 24 El funeral appCapítulo 25 Sin rumbo fijo appCapítulo 26 Ecos de traición appCapítulo 27 Revelaciones oscuras appCapítulo 28 Revelaciones oscuras segunda parte appCapítulo 29 Cacería de ratas appCapítulo 30 El retorno appCapítulo 31 Desgarradora caída appCapítulo 32 Bajo la sombra del enemigo appCapítulo 33 Nuevo comienzo appCapítulo 34 Celos a flor de piel appCapítulo 35 Entre resaca y decisiones appCapítulo 36 Alegrías y amenazas appCapítulo 37 Preparando el ataque appCapítulo 38 Enfrentando al enemigo appCapítulo 39 Noticia inesperada appCapítulo 40 Lo que es igual no es trampa appCapítulo 41 Preparativos y tensiones appCapítulo 42 Fiesta en la mansión moretti appCapítulo 43 Choque de emociones en la fiesta appCapítulo 44 Choque de emociones en la fiesta (segunda parte) appCapítulo 45 Bajo la lluvia de la incertidumbre appCapítulo 46 Solo fue un susto appCapítulo 47 Cónclave de poder appCapítulo 48 Reposo forzado appCapítulo 49 Un respiro en toscana appCapítulo 50 Cena llena de emociones appCapítulo 51 Inauguración del centro comercial appCapítulo 52 Inauguración del centro comercial parte dos appCapítulo 53 Amanecer en la mansión rossi appCapítulo 54 Pendiendo de un hilo appCapítulo 55 Visitas inesperadas appCapítulo 56 Una noche en familia appCapítulo 57 Compras peligrosas appCapítulo 58 Firmando una sentencia appCapítulo 59 Sombras de venganza appCapítulo 60 Malas noticias appCapítulo 61 Ecos del pasado appCapítulo 62 La noche de la desesperación appCapítulo 63 Que comience la función appCapítulo 64 Dolor y desesperación appCapítulo 65 No te quiebres alessa appCapítulo 66 Rastreo appCapítulo 67 Perdiendo la noción del tiempo appCapítulo 68 La misión comienza appCapítulo 69 La llamada appCapítulo 70 Cada vez más cerca appCapítulo 71 El rescate appCapítulo 72 La llegada de malón appCapítulo 73 Alessa regresa a casa appCapítulo 74 El peso de las decisiones appCapítulo 75 Adios querido jhon appCapítulo 76 La boda en sicilia appCapítulo 77 Boda en sicilia parte dos appCapítulo 78 Tiempo para la calma appCapítulo 79 Calma en toscana appCapítulo 80 La boda appCapítulo 81 Siempre fuiste tu appCapítulo 82 Entrega total appCapítulo 83 Enojo y desesperación appCapítulo 84 Visitante inesperado appCapítulo 85 Entrada triunfal appCapítulo 86 Paciencia puesta a prueba appCapítulo 87 Amigos, amores y secretos no dichos appCapítulo 88 Explorando el terreno appCapítulo 89 Planes para esta noche appCapítulo 90 Éramos muchos y pario la abuela appCapítulo 91 Postergando lo inevitable appCapítulo 92 Verdad no dicha appCapítulo 93 La gota derramo el vaso appCapítulo 94 La gota derramo el vaso segunda parte appCapítulo 95 Ira desbordada appCapítulo 96 Despedida y sorpresa appCapítulo 97 Buenos recuerdos appCapítulo 98 Incondicional appCapítulo 99 Tiempo appCapítulo 100 Baby shower sorpresa appCapítulo 101 Ultimo control prenatal appCapítulo 102 Llegada del bebe appCapítulo 103 Un nuevo comienzo appCapítulo 104 Visitando a los tíos appCapítulo 105 Preparativos appCapítulo 106 Bautizo e inauguración appCapítulo 107 Fiesta de bautizo appCapítulo 108 Destinos cruzados appCapítulo 109 Destinos cruzados ii appCapítulo 110 Donde esta tomás appCapítulo 111 Alejate isabella appCapítulo 112 ¿Quién demonios eres tú? appCapítulo 113 Regreso y confrontación appCapítulo 114 Tensión en casa appCapítulo 115 Diablos señorita appCapítulo 116 Acuerdos y nuevos caminos appCapítulo 117 Nuevos rumbos y heridas abiertas appCapítulo 118 Bienvenidos a sicilia appCapítulo 119 Poder y responsabilidad appCapítulo 120 Conspiración appCapítulo 121 Juegos peligrosos y conquista appCapítulo 122 Empieza a tomar forma appCapítulo 123 Construcción y distancias appCapítulo 124 Arde calabria appCapítulo 125 Calabria de cabeza appCapítulo 126 Isabella en manos enemigas appCapítulo 127 De vuelta a casa appCapítulo 128 Pueblo fantasma appCapítulo 129 Balas, sangre y muerte appCapítulo 130 Retorno a casa appCapítulo 131 Emociones encontradas appCapítulo 132 Reconstruyendo appCapítulo 133 Entre secretos y deseos appCapítulo 134 Entre secretos y deseos (parte ii) appCapítulo 135 Escapada a las vegas appCapítulo 136 La propuesta appCapítulo 137 Boda en las vegas appCapítulo 138 Mientras tanto, en calabria appCapítulo 139 Celebración, las vegas (1:00 am) appCapítulo 140 Enfrentando la familia appCapítulo 141 ¿Sentimientos sinceros? o ¿trampolín al poder? appCapítulo 142 “Entre sombras y risas” appCapítulo 143 Chequeo medico appCapítulo 144 Cicatrices y renacimientos appCapítulo 145 Confías demasiado appCapítulo 146 Reencuentros bajo el sol de sicilia appCapítulo 147 Juego de sombras en la mansión lombardi appCapítulo 148 Entre sombras y susurros appCapítulo 149 A sangre fría appCapítulo 150 Un espectáculo digno de broadway appCapítulo 151 La tormenta que se avecina appCapítulo 152 “Pesadilla en carne viva” appCapítulo 153 Tejiendo la venganza appCapítulo 154 Tejiendo la venganza (parte ii) appCapítulo 155 Ecos de un latido appCapítulo 156 Entre lágrimas y cadenas appCapítulo 157 El precio de su libertad appCapítulo 158 El precio de una despedida appCapítulo 159 Lazos frágiles bajo la luna calabresa appCapítulo 160 Entre jeringas y esperanza appCapítulo 161 Noche lágrimas y promesas rotas appCapítulo 162 Heridas que no cierran appCapítulo 163 Donde duelen los silencios appCapítulo 164 Donde florecen los votos appCapítulo 165 Cazador entre sombras appCapítulo 166 Sangre en la bruma appCapítulo 167 Fuego bajo la luna siciliana appCapítulo 168 Latidos de esperanza appCapítulo 169 Preparando la habitación app
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