Capítulo 349 ¿Este es el que yo crie?
A los chicos no les preocupaba que Judea pudiera llamar a la policía. Después de todo, ella fue la que les pagó primero. Si se descubriera, no la beneficiaría. Y como siempre habían estado al límite, no tenían miedo, aunque ella llamara a la policía. Estaban preparados para ir al hospital, vender su cabello y su sangre a Andrés y abandonar de inmediato la ciudad antigua. Después, irían a la frontera y pagarían para salir del país de contrabando. Con tanto dinero, podrían vivir con libertad. Cuando se les acabara el dinero, volverían y utilizarían el video para chantajear a Judea. Al mismo tiempo, para estar seguros, siguieron el consejo de Simona y transfirieron todo el dinero a una cuenta anónima en el extranjero. Después, los tres fueron al hospital.
A Andrés le dolía todo el cuerpo y no podía dormir. Después de su racha de mala suerte, sufría varios tormentos cada día, además del dolor. Su mejilla izquierda seguía hinchada. Esta vez no era por un choque, sino por una muela del juicio y las encías inflamadas. Esteban tenía asuntos que atender y regresó a Cebros por la mañana. Como habían contratado a una enfermera para que le cuidara durante la noche, Arón volvió al hotel a dormir y no estaba por allí.
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