Capítulo 75 Resolviendo cuentas
Salma miró a Judea y a los demás, su mente estaba llena de preguntas. ¿Cuándo sus hijos y su hija adoptiva se habían vuelto así? Cuando Judea llegó por primera vez, los cinco hijos se resistieron y clamaron por una hermana. En especial el más joven, que se despertaba llorando y buscando a su hermana perdida todas las noches. Se volvió apático y carecía de vitalidad.
Buscaron ayuda de un maestro que sugirió que Judea debería llamarse Simona. Esto no solo les ayudaría a encontrar a su hija biológica en el futuro, también traería felicidad y prosperidad a la Familia Galván. El maestro también recomendó que Judea durmiera con el más joven por la noche para ayudar a suprimir sus pesadillas.
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