Capítulo 304 Tus palabras me reconfortan
Dentro de la tienda, tras despedirse de su antiguo compañero, Judea atendió a varios clientes masculinos. Sin embargo, poco a poco se dio cuenta de los susurros y los dedos que la señalaban.
Empezó a sentirse incómoda, como si su suerte se esfumara poco a poco. Al cabo de un rato, empezó a sentir molestias en el cuerpo y se excusó para ir al baño.
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